El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) rionegrino había iniciado, en plena Pandemia, una imputación contra el dirigente de la Federación Judicial Argentina (FJA), Pablo Barreno, en un caso de clara persecución política y criminalización de la actividad sindical. Hace dos años, la causa caía a raíz de la lucha emprendida por lxs trabajadorxs enrolados en el SITRAJUR y el acompañamiento de lxs de todo país, y la falta de sustento de la misma.
En mayo del 2020, Pablo Barreno se encontraban recorriendo dependencias judiciales en la ciudad de Viedma verificando el cumplimiento de las medidas sanitarias preventivas dispuestas en resguardo de la salud y la vida del personal judicial y del público que diariamente se presentaba en dependencias tribunalicias durante la vigencia del ASPO ordenado por el Poder Ejecutivo nacional. A partir de esto, la presidenta del TSJ lo imputó penalmente penal por violar, supuestamente, el art. 205 del Código Penal.
Manipularon todo el sistema para perseguirlo penalmente. Y lo pudieron hacer por la persistencia, en pleno siglo XXI, de las características autocráticas que determinan el funcionamiento de la jerarquía judicial. Nunca lo lograron, por las irregularidades en que se desarrolló la denuncia pero sobre todo la falsedad de la misma, finalmente, debieron admitirlo en términos institucionales, Luego de la campaña de solidaridad iniciada por el gremio con el acompañamiento de la Federación Judicial Argentina (FJA), Barreno logró que la causa sea archivada por el Ministerio Público Fiscal provincial al desistir de la acusación.
“No es fácil enfrentarse al poder, pero lo hice con la certeza de saber que en esa lucha no sólo se jugaba mi posición, sino también la de los trabajadores y trabajadoras” dijo Pablo Barreno, a la vez que agregó que él “podría haber solucionado de manera simple y sencilla el problema. Pero para eso debería haber mentido, porque tendría que haber dado por cierta una denuncia absolutamente falsa, pero eso hubiera debilitado mucho a los trabajadores y trabajadoras, porque los hubiese dejado expuestos ante un poder que necesita tener trabajadores/as sumisos y sin capacidad de debatir de igual a igual”.
Para finalizar hizo referencia al marco de solidaridad que lxs trabajadorxs lograron construir: “les agradezco a todos y todas el apoyo de aquellos días. Fue realmente conmovedor. Y los convoco, nuevamente, a seguir por este camino: el de las convicciones, el del compromiso colectivo”.