Entre 1976 y 1977 la dictadura cívico militar secuestró a al menos 10 trabajadorxs judiciales integrantes de la Asociación Judicial de Formosa (AJUFSA), entre ellos, Adriano Acosta, que, como varios de sus compañerxs, fue secuestrado en los mismos tribunales formoseños. Pedro Morel que era en esos tiempos secretario general del sindicato y su esposa Sara Ayala, también dirigente judicial, fueron secuestradxs fuera de la provincia y aún permanecen desaparecidxs, al igual que otros tres afiliadxs al gremio de los judiciales.
El pasado viernes 1° de julio se celebró la segunda y última audiencia del juicio que por estos hechos se sustanció ante el Tribunal Oral Federal de la ciudad de Formosa y se dio a conocer la sentencia en la que Bernardo Montoya y Jorge Vázquez Rey fueron condenados a un año y ocho meses de prisión por abuso de autoridad, incumplimiento de los deberes de funcionario público y encubrimiento de crímenes de lesa humanidad.
Los condenados fueron dos ex jueces del Superior Tribunal de Justicia de la provincia de Formosa, quienes ejercían ese cargo al momento de los secuestros y estaban acusados de cometer crímenes de lesa humanidad, al haber legitimado con su accionar los secuestros y torturas a que fueron sometidos lxs compañerxs judiciales y haber omitido el control de legalidad sobre las privaciones de libertad y sus condiciones de detención. Es el primer juicio en el país en que fueron acusados ex jueces de las máximas instancias.
Adriano Acosta batalló incansablemente todos estos años para lograr justicia y fue el único testigo de la audiencia, donde expuso el calvario que vivió mientras fue mantenido en cautiverio en los Centros Clandestinos La Escuelita de San Antonio y RIM29 durante aquellos años de dictadura.
La Federación Judicial Argentina (FJA) hace propio el reclamo de justicia para los compañerxs judiciales formoseñxs víctimas del terrorismo de estado, que descargó su furia y salvajismo sobre lxs trabajadorxs argentinxs para defender los intereses de los grandes grupos económicos, que fueron el sostén de la dictadura.