Se fué Etchecolatz, se llevó consigo el destino de una cantidad enorme de desaparecidxs. También el repudio de la sociedad argentina. Jamás reconoció sus atroces crímenes ni se arrepintió de haberlo hecho.
Muere uno de los personajes más negro de la historia argentina, hasta el último día de su vida con su maldad intacta.
Desde ahora el diablo dormirá con la luz prendida