Resulta impensable que se produzcan estos atropellos en medio de la cuarta ola feminista que atravesamos en nuestro país y en el mundo, la cual ha llegado para cuestionar las diversas formas de desigualdad y violencia hacia las mujeres, identidades feminizadas y disidencias sexuales y para exigir el cumplimiento de sus derechos fundamentales.
Más repudiable aún resulta que sea la institución que debería velar por la igualdad y la justicia, la que castigue a las trabajadoras por el ejercicio de un derecho constitucional, a sabiendas de que existe una brecha salarial de género según la cual las mujeres ganan un 27% menos que sus pares varones y que muchas de ellas, son sostenes de hogar.
Estos hechos no hacen más que poner al descubierto la misoginia y machismo imperante en el Poder Judicial en general, y en particular en la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires y en el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba, y que como Federación Judicial Argentina venimos denunciando hace años.
Es evidente la urgente necesidad de implementar la perspectiva de género en todas las esferas judiciales; una perspectiva de género que no sólo tenga en cuenta los derechos de los y las justiciables sino también de los y las trabajadoras que hacen que día a día, el Poder Judicial funcione.
Basta de machismo en el Poder Judicial.
¡Vivas, libres y con derechos nos queremos!