Compartimos nota periodística sobre la temática.
VIOLENCIA LABORAL Y DE GÉNERO EN EL PODER JUDICIAL
Proyecto de Protocolo elaborado por trabajadores y trabajadoras del Área Salud de AJER
Por Verónica Nardin (*)
Que el jefe te mire el culo o se te insinúe, o que la magistrada salga de su despacho y te diga “esto está mal ¿no entendés?”, que te sugieran que sos inútil, que te tiren una parva de escritos para proveer a la hora de salir del trabajo, que te acusen de inservible, que te inculpen el error porque sí, que te obliguen a pedir disculpas por algo involuntario, que te impongan horas demás sin explicación, que te aposten policías que vigilan tus entradas y salidas del edificio, “hacé el escrito de vuelta y fijate lo que hiciste mal”, “mirame…no me gusta que digas ‘pero’”, que te amenacen con sancionarte, que la jefa te toque la frente con el dedo porque tenés mal la cabeza, que nunca estén conformes por más que laburés a dos manos, que te griten, que te denigren, que te extorsionen con bajarte el puntaje para ascender de cargo, que te eliminen porque sos mujer, que no alcancen las horas, que te den la espalda tus compañeros. Gestos, palabras, instantes de naturalidad cotidianos, pasan como un río de sangre interno sin que nadie se de cuenta.
A veces diminutas, invisibles o justificadas por el ambiente social, estas y otras tantas agresiones ya tienen nombre: violencia y acoso laboral. La cuestión de género y el perfil patriarcal del poder lo atraviesa todo, sin embargo aún no puede ser concebida como problemática por los estamentos corporativos del Poder Judicial Entrerriano en sus propias oficinas. El 9 de mayo de 2019 se dio a conocer en la sede AJER (Asociación Judicial de Entre Ríos) sita en calle Libertad 170 de Paraná, el primer proyecto de Protocolo de Actuación contra la Violencia Laboral en el ámbito del Poder Judicial de Entre Ríos producto del trabajo colectivo de trabajadoras y trabajadores del gremio judicial.
Fue presentado al público con una disertación de la abogada y psicóloga Lucía García Blanco especialista en la materia y Germán Canteros – Magíster en Salud Mental y Psicólogo, coordinador del Área de Salud y Condiciones de Trabajo de AJER – El protocolo establece las definiciones sobre violencia laboral y sus diferentes tipos. Propone crear un organismo dentro de la estructura del Poder Judicial para intervenir en cada caso. Estaría compuesto por un Coordinador o coordinadora con formación en perspectiva de género, un equipo interdisciplinario y una Comisión consultora con poder de decisión de integración bipartita: 2 integrantes por la patronal y 2 por AJER.
Lucía Blanco introdujo el proyecto describiendo la historia de una institución altamente concebida desde su origen patriarcal, machista y corporativa como lo son las Cortes Provinciales del país “…provienen de sistemas políticos de vasallaje donde se cuecen los puestos de decisión y los modos legitimados de ejercer autoridad, enmarcado en un proceso cultural que atraviesan las sociedades, naturalizan las violencias y que por lo tanto no se trata de “casos individuales” sino de un problema social” fundamentó.
Consultada la dirigente Mabel Pedrero, actual Secretaria Adjunta de AJER, manifestó que se aspira a evitar la revictimización de la persona afectada y que no sea removida de su lugar de trabajo.
─ La actual Ley de Acoso Laboral vigente – explicó – remite a un procedimiento foráneo que, si bien tiene su aspecto normativo, no deja de ser violento y ajeno al contexto del trabajador o trabajadora. No llega a ser beneficioso para las partes porque no resuelve sino más bien tiende a expresar recomendaciones a la patronal. A veces la violencia laboral no es unidireccional o vertical, sino que se trabaja en un ambiente de conflicto mutuo entre los integrantes de un juzgado, por ello AJER ha realizado intervenciones grupales para modificar esas relaciones.
─¿Podrías decir qué porcentaje de mujeres son víctimas de violencia o acoso laboral?
─La mayoría son mujeres. Pero yo lo vinculo con que nuestra planta de personal es mayoritariamente integrada por mujeres, aunque también hemos tenido casos contra los varones.
─¿Porqué el protocolo que se ha elaborado no incluye el enfoque de género?
─Porque entendimos que el lenguaje hoy por hoy es lo de menos, lo que queremos es que se apruebe. La estructura de poder en el ámbito judicial es muy machista y poco amigable con esta perspectiva, por lo tanto consideramos que es un cambio social y cultural que lleva su tiempo. No queremos que haya escollos para comenzar a abordar las problemáticas en nuestro ámbito de trabajo. El tema del lenguaje es algo que queda pendiente pero no es lo más importante a mi entender.
Trabajadores y trabajadoras del Poder Judicial en espacios de construcción colectiva en busca de un ambiente de trabajo libre de violencias. (Imagen de Archivo de la Área de Salud y Trabajo de AJER)
Poder Judicial: Estructura patriarcal que naturaliza la violencia laboral
El Área Salud y Condiciones de Trabajo de la AJER fue creada en 2005, organismo desde el cual el gremio judicial implementó diversos diagnósticos de las condiciones de trabajo de trabajadores y trabajadoras judiciales a falta de un estudio por parte de la patronal. Las propuestas fueron elevadas al Superior Tribunal de Justicia que tomó medidas para mejorar las condiciones ergonómicas y ambientales, no así las relaciones de trabajo y abusos de autoridad.
─Esas propuestas que hemos presentado durante estos 14 años de trabajo en general – cuenta Germán Canteros – han sido escuchadas, por ejemplo aquellas condiciones que son comprobables empíricamente: problemas de iluminación, ventilación, exposición a radiaciones tóxicas. Pero todas aquellas sugerencias que tienen que ver con amortiguar el impacto emocional del trabajador, las relaciones laborales, el atenuar el impacto de los riesgos psicosociales, o situaciones de abuso de poder, nunca nos dieron calce.
El coordinador del Área Salud afirma que este protocolo de actuación es la primer experiencia impulsada por trabajadores y trabajadoras judiciales del país. Existió un proyecto en CABA pero no prosperó. Otra experiencia es la de Formosa pero fue instada por la patronal. En el caso de Entre Ríos es la primera vez que se presenta el protocolo y es una propuesta elaborada desde el gremio para someterlo a discusión ante el estamento de magistrados y funcionarios y ante el Superior Tribunal de Justicia.
─¿Porqué no está incluida la categoría de violencia de género en el proyecto?
─ Porque la violencia de genero siempre ha sido transversal. Es imposible poder pensar la violencia laboral sin esa categoría ya que en un 95% las víctimas son mujeres y en mucho menor porcentaje los varones. Hay victimarias mujeres también (están empardados entre hombres y mujeres) por lo menos en los casos que hemos abordado. No la mencionamos como violencia de género porque es intrínseca a todo programa de salud que llevamos a cabo. En anteriores proyectos la ubicábamos en un capitulo especifico de género sobre todo en la etapa de embarazos y otras cuestiones, pero con el paso del tiempo empezó a formar parte de la mirada transversal en casos de varones y mujeres, en quienes los recursos fisiológicos y subjetivos se juegan de distintas maneras. Todas las propuestas que tienen que ver con amortiguar el impacto emocional del trabajador y situaciones de abuso de poder, pero nunca nos han escuchado. Nunca.
─ ¿Porqué?
─ Porque requiere tomar el toro por las astas de lo que es la organización del trabajo, repensar los modos de vinculación. Desde el Área creemos que hoy la violencia en el trabajo es “el” problema de salud mayor. Ya solucionamos el tema de lo ergonómico y riesgos físicos, químicos, posturas físicas o forzadas, calidad de los espacios. Pero las consultas que hemos recibidos son los que se derivan de relaciones interpersonales o por el contenido del trabajo. Todas las acciones siempre fueron tipo bombero: hay algún problema y salimos corriendo a sostener a los compañeros, luego se hace un informe para anoticiar al Superior Tribunal como empleador invitándolo a que lo resuelva. Como otra estrategia que no sea apagar incendios, es que planteamos tener un protocolo o una guía de procedimientos que se instituya como una normativa dentro del Poder Judicial.
El Área Salud y Condiciones de Trabajo existe desde hace 14 años, registrando haber intervenido en más de 600 casos de manera individual y también abordajes de manera colectiva (grupal).
─ ¿Cómo se implementaría este protocolo?
─ Con la creación de esta oficina se podrían prevenir situaciones para que aquella persona que es víctima, sea asistida con apoyo psicológico y médico adecuado acorde a la situación que le toca vivir y también para repensar su reinserción laboral, porque muchas veces se la excluye y termina siendo revictimizada, estigmatizada y hasta expulsada. También está previsto trabajar con la persona que está ejerciendo la violencia, si es factible, poder trabajar en su atención psicológica. A veces no es una conducta individual sino que la propia institución es quien reproduce estas prácticas de sometimiento y dominación del otro, subyacen de por sí, y sucede que sobre esa relación aparece el maltrato y las humillaciones. De por sí todos los trabajadores vivencian una lógica de obediencia en una determinada estructura jerárquica: horarios, régimen laboral, falta de recursos para poder resolver de manera eficiente la tarea, o quedar comprometido emocionalmente y sobreexigido por la cantidad de trabajo.
─ ¿Se han realizado talleres para visibilizar la violencia?
─ Si. Desde hace dos o tres años nos hemos enfocado en este aspecto. En un primer momento la definíamos como “riesgos psicosociales” o “acoso psicológico” pero hoy es violencia laboral. En base a estos espacios de taller se elaboró el protocolo, como un reflejo de la realidad que le toca vivir al personal de la Justicia.
─ A veces la violencia es invisible y produce enfermedad…
─ Si. Tal cual. Las situaciones de violencia que padecemos los trabajadores tiene un espectro muy amplio, a veces no es una trompada o un insulto. Hay otras formas sutiles de dominación y de abuso de poder que van dañando a cuentagotas. El estado de ánimo o síntomas con alteraciones del sueño, irritabilidad, desgano, malestar generalizado, dolores en el cuerpo, trastornos gastrointestinales, tristeza son algunas de los primeros síntomas que afectan a la salud del trabajador. En el país, 1 de cada 3 trabajadores judiciales sufre algún tipo de violencia laboral, según una encuesta nacional que elaboramos en el año 2017 desde la Federación Judicial Argentina.
─ ¿Porqué se naturalizan algunas situaciones de desigualdad?
─ La estructura jerárquica de la justicia entrerriana determina y legitima estas relaciones de sometimiento y de poder en el campo laboral, que se dan manera asimétrica. En el 80 % de las 600 consultas que he abordado como psicólogo del Área, las problemáticas están asociadas a relaciones interpersonales donde se evidencia violencia, abuso de poder y acoso psicológico. Cuando estas posiciones se estancan, es decir cuando hay alguien que intenta dirigir la conducta del otro – más allá de la indicación de las tareas laborales- hay una apropiación del tiempo del trabajador, de su cuerpo y de su cotidianidad, comienza a aparecer una relación de dominación de la conducta del otro. Esa relación se estanca y pierde la reversibilidad, sobreviene entonces un vínculo de sometimiento, aquí aparecen las situaciones de violencia laboral.
─ ¿Cómo se reflejan en la experiencia estas agresiones?
─ Hemos hecho un inventario de las distintas situaciones de violencia laboral teniendo en cuenta un arquetipo: la del patrón como patrono de estancia. Los abusos de autoridad, los tratos con arrogancia, despotismo, prepotencia, humillación, descalificaciones, acciones de intimidación. “Puedo controlar tu tiempo”, “puedo disponer de tu tiempo y de tu vida”. Es decir hay una dominación por parte del victimario en el campo laboral y muchas veces en el campo extralaboral. Esto viene de viejos conceptos que aun juegan en las estructuras: cierta esclavitud simbólica. Por ejemplo, he llegado a escuchar que hay autoridades laborales que le indican a sus empleados cómo deben vestirse, a qué lugares deben ir a comer, a qué iglesia asistir, hasta cuántos hijos pueden tener, con quiénes se tienen juntar y con quiénes no. Esto forma parte de lo que quedó de la esclavitud humana: un modo de organización laboral como lo fue el fordismo, modelo industrial que invadió la vida cotidiana de las personas. La patronal de Ford ubicaba los barrios de los trabajadores dentro de los predios fabriles, les direccionó las formas de reproducirse y de consumir.
La estructura de dominación patriarcal que subyace en el Poder Judicial también se visibiliza en el mapa de género: el total del sistema judicial del país (tribunales provinciales) en su estamento administrativo en un 56.9% está compuesto por mujeres y un 43.1% por varones. En Entre Ríos el 69.1% está compuesto por mujeres y el 38.1 por varones. En los puestos de nivel jerárquico el 80% de los jueces de la Corte son varones y el 77% de la Magistratura son varones (a nivel nacional)
Las trabajadoras y trabajadores judiciales de Entre Ríos trabajan con la materia humana: el conflicto social, situaciones de violencia de género, vulnerabilidad, entre otras. En virtud de ello, en 2017 se realizó un encuentro de trabajadores y trabajadoras judiciales para reflexionar sobre la demanda de la sociedad y propuestas sobre el modo de considerar el trabajo ante trámites que involucren la Violencia Familiar y de Género. De las vivencias compartidas, llegadas de cada rincón de Entre Ríos, se pudo concluir que:
“La violencia es una construcción cultural, social y política. La violencia es abuso de poder. Todos somos parte de esta sociedad violenta, que no dialoga ni escucha. Hay que generar condiciones para una convivencia pacífica.
La mayor parte de las víctimas de violencia son las mujeres, los niños y niñas, los ancianos y ancianas. Se naturaliza el uso del cuerpo de la otra o del otro como si fuera un bien o una propiedad del victimario. Otras maneras de ejercer ese poder es a través del maltrato emocional, económico y vincular. Específicamente la violencia de género hace referencia a aquella que se ejerce contra una persona por el sólo hecho de ser mujer.”
Se está desmoronando el viejo y rancio muro infranqueable del patriarcado en el Poder Judicial. Poco a poco van quedando aislada la corporación de antiguos sistemas putrefactos de alcohol y mediocridad. Salen a la luz sus miserables maltratos y costumbres reproducción violenta de ejercer autoridad. Los y las integrantes de esta añeja estructura no perciben internamente los niveles de desigualdad de género. Es un edificio funcional a la naturalización de las violencias y su mano derecha es la impunidad. Los varones acostumbrados a decidir sobre los cuerpos y las vidas de las mujeres. Las convenciones internacionales ponen en primer lugar el derecho de las mujeres a acceder a puestos de decisión y a una vida libre de violencia. Hoy gritamos juntas: Se va a caer.
Consultas y orientación:
En caso de ser víctima de algún tipo de violencia laboral podés acudir a tu delegado o delegada más cercana o comunicarte con:
Área Salud y Condiciones de Trabajo de AJER
Teléfono: 0343-4317399 (de lunes a viernes 8 a 12 y de 16 a 20)
correo electrónico: ajer.secretaria@gmail.com
facebook: AJER Area Salud
3425179499 (Psicólogo del área Germán Canteros) – Domicilio: Libertad 170 – Paraná – Entre Ríos
Fuentes documentales:
-Proyecto de Protocolo de Actuación contra la Violencia Laboral en el ámbito del Poder Judicial de Entre Ríos Área de Salud y Condiciones de Trabajo de AJER (2019)
-Documento elaborado por trabajadores y trabajadoras entrerrianos en octubre 2017 en San José -Colón – AJER
-Encuesta Nacional 2017 en el ámbito del Poder Judicial
Fuentes digitales:
Manual de género para periodistas: http://www.eird.org/orange-day/docs/genero/manual-de-genero-para-periodistas-pnud.pdf
Mapa de Género de la Corte
https://om.csjn.gob.ar/mapagenero/login/mostrarLogin.html
Video de Revista Anfibia sobre el Mapa de Género de la Corte
https://t.co/vOSdWJc7In https://twitter.com/revistaanfibia/status/1047111554355908608?s=17
Sem
MIGUEZ, S. – MOLINA. S – Seminario “Herramientas prácticas para un periodismo con enfoque de género” – Educación Científica – 2019
(*) Comunicadora Social de Revista Barriletes y trabajadora judicial. Esta nota fue elaborada como trabajo final del Curso virtual “Herramientas para un periodismo de género” dictado por las comunicadoras y periodistas Sandra Miguez y Silvina Molina en Junio 2019. Correo electrónico: nardinvero@gmail.com