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Matías Fachal: “Con la reforma del Código Procesal Penal se renuncia a investigar”

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– Desde la perspectiva de un trabajador judicial, de alguien vinculado a la lucha gremial y que está vinculado a la Justicia, ¿Cuál es la primera opinión que tenés sobre este debate y la reforma del Código?

Aparecen varios aspectos en ello. Desde ya, a nosotros también nos parece que es necesario reformar ciertos aspectos de la Justicia, en líneas generales tiene un sistema organizacional diseñado hará 100 años. Trabajando desde adentro entendemos que es un poder de los más conservadores del Estado, entendemos que a los jueces no los votamos, no los elegimos como a los Diputados y Senadores, tampoco son por cuatro años, sino que se quedan prácticamente toda la vida. Entonces, hay que hacer transformaciones y cambios. Ahora bien, estas que intentan introducir a través de la reforma del Código Procesal Penal, no entendemos que sean de las más acertadas.

Esto que se planteó la semana pasada por parte de la Presidencia ya se está implementando en algunas jurisdicciones, en la provincia de Santa Fe, en Chubut, en la Pampa. Aquí mismo, en la Ciudad de Buenos Aires, si bien con delitos de menor cuantía, por definirlo de algún modo, se rigen por un Código Procesal Penal de similares características del que intenta implementar el Poder Ejecutivo a través de esta reforma.

Dichas estas aclaraciones, desde ya lo más rimbombante es la cuestión esta de que a cualquier extranjero que se presuma que haya cometido un delito hay que expulsarlo, nos remite a la Ley de Residencia de hace 100 años. Lo mismo el tema de quién define cuál es un delito de conmoción social, para que esa persona tenga que ser encarcelada o aguardar el juicio sí o sí presa. Sabemos o entendemos que los medios juegan un rol importante en definir opiniones, criterios en la sociedad, entonces, ante un hecho que toma envergadura pública, los medios con más razón podrían también jugar un rol que podría llegar a incluso determinar la libertad o no de una persona. Esto es lo más relevante que se ha estado discutiendo.

Ahora bien, hay otras cuestiones que nadie las está diciendo. La reforma del Código trae aparejada que en pos de la celeridad que también nosotros estamos de acuerdo con el concepto de que una Justicia lenta no es Justicia estos plazos que se intentan imponer y estos nuevos mecanismos que se intentan implementar, directamente dejarían de lado la investigación. No se harían juicios, se le dicen juicios abreviados pero no son juicios, no se abre a debate, no se investiga, ni interesa buscar la verdad. Por lo cual, a través de estos nuevos mecanismos, puede haber personas tal vez inocentes terminan aceptando culpabilidades que no tienen, o aquellos que son culpables no terminan teniendo las penas que debieran tener por los delitos que cometieron. Porque se termina acordando penas entre la parte acusadora los fiscales y las defensas. El juez es un mero escribano que homologa, que certifica y que corrobora ese acuerdo.

– La mitad de los presos, por ejemplo en la Provincia de Buenos Aires, no tiene sentencia firme. Quiere decir que son inocentes hasta que no se demuestre lo contrario pero están ya en las cárceles ¿Con este código llenaríamos aún más las cárceles sin su debido proceso judicial?

– Exacto, por un lado podría pasar eso, con estas cuestiones de aplicar la flagrancia o la conmoción social, se podrían abarrotar más las cárceles aún. Y por el otro lado, también lo que podría generar es, como vos mencionabas, que la mitad de los presos de las cárceles estén sin condena firme. Bueno, acá con esta cuestión, le podrían decir a los acusados ‘aceptá tu culpabilidad’, sin saber si la tienen, porque ya no importaría. Este es el concepto, no importa la verdad, no importa investigar, entonces, vos aceptás la culpabilidad así te vas a tu casa o estás menos tiempo en la cárcel.

Entendamos que las cárceles no se llenan con los ricos, con los poderosos que pueden pagar a los mejores abogados o a los grandes estudios jurídicos que tienen todos los recursos dispuestos para defender a alguien en el Juicio. Los pobres que tienen que acudir a la defensa pública, que les termina recomendando, para sacarse los casos de encima, que acepten culpabilidades que a veces no tienen para estar menos tiempo en la cárcel o irse más rápido a la casa. Bueno, vos decís ‘ahí vaciamos la cárcel’, pero no. Por un lado pueden aceptar una culpabilidad que no se tiene, o terminar teniendo una condena menor a la que hubiese correspondido, pero por el otro, no es que ya está, zafaste de la culpabilidad, te vas a tu casa y otra nueva vida. Si vuelven a detener a esa persona y la acusan de otro delito, le van a sumar la pena anterior completa. O si no tuvo cárcel se le va a sumar ante la posibilidad de que haya cometido o no un delito. Porque otra vez se renuncia a investigar y las cárceles podrían estar más llenas, incluso con gente que no cometió ningún delito.

– Estuvimos todo este año hablando sobre el espíritu del Código Civil y Comercial, ahora viene el Código Procesal Penal, ¿Se complementan de alguna forma esos dos códigos para generar un objetivo en común o son los dos pueden entender como independientes?

– Jurídicamente serían distintos, pero políticamente entendemos que hay una sintonía. En lo que fue la unificación del Código Civil y Comercial, si bien podríamos decir se avanzó en algunos derechos individuales, en cuestiones más generales, sociales o laborales hubo retrocesos. Ahí se consolidó la pérdida de soberanía, la pérdida de jurisdicción de nuestro país, a favor de tribunales internacionales comerciales. Como por ejemplo lo del CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones), que durante la década del 90 y también del 2000, se vino aplicando por leyes menores, por llamarlo de alguna manera, o se vino aplicando por los contratos suscritos con las empresas multinacionales, eso quedó consolidado en una norma mayor como es el Código Civil y Comercial. Entonces, todo este debate con los Fondos Buitres pareciera terminar siendo para la tribuna, porque en el Código se convalidó renunciar a dirimir esos problemas en vez de en nuestro país, en tribunales internacionales como es el del Juez Griesa o en los tribunales del CIADI. Con lo cual ahí es evidente un doble discurso.

Entonces, hay una sintonía política en ese sentido. Porque el Código Procesal Penal que se modifica va a seguir persiguiendo a los sectores más vulnerables, con menos recursos, va a seguir encarcelando a los mismos de siempre, a los ladrones de gallinas, pero definitivamente no va a en pos de perseguir a las mafias, al crimen organizado, a la corrupción, a los grandes movimientos de capitales para su blanqueo o cosas por el estilo. Bueno, el Código Civil y Comercial también es un retroceso en ese sentido, tiene consolidación de cuestiones muy neoliberales.

*- Nosotros entendemos que no puede haber reforma del Código Procesal Penal sin la participación popular, porque son temas que tienen que ver con el interés de todos.
* – Tendría que haber participación de la sociedad, de los trabajadores, de las distintas organizaciones sociales en el debate de este Código. Esto es muy importante para nuestra sociedad, acá se va a intentar llevar a juicios abreviados, a probation, a mediaciones, cuestiones como la Violencia de Género, los abusos sexuales, llevar a las víctimas a tener que negociar con sus victimarios. Ha habido muchos casos en las provincias que yo mencioné antes. Fijémonos como esto sí va a modificar nuestra forma de vivir, así que de ahí la importancia de que la sociedad se involucre en este debate.

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CORTINA: LO QUE NO SE DICE DE LA REFORMA PROCESAL PENAL FEDERAL

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Un somero análisis de los grandes lineamientos de la reforma permite afirmar que:

1ro. No es compatible con la Constitución Nacional, que en su artículo 116 atribuye al Poder Judicial (a sus jueces; artículo 108 de la misma Constitución) el “conocimiento y la decisión” en todas las causas criminales, con sola excepción de la terminación de ellas por jurados, cuando estos se establezcan en la República.

2do. Desde 1994, el Ministerio Público nacional ha quedado tajantemente separado del Poder Judicial. Sus miembros no son jueces ni pueden ejercer las funciones de estos directamente ni por delegación judicial. La actual legislación que permite esto último es tan inconstitucional como las que otorgan a la policía o las fuerzas de seguridad, dependientes del Poder Ejecutivo la facultad de realizar funciones judiciales hasta por iniciativa propia.

3ro. El artículo 120 de la Constitución Nacional sólo asigna al Ministerio Fiscal la antigua, consabida y única función de promover la actuación de la justicia”, no la de suplantarla asumiendo funciones judiciales propias del Poder Judicial y de los jueces, excluyéndolos de ellas.

4to. De la articulación de todas esas normas viene a resultar que los fiscales, como partes en los procesos penales, desde fuera del Poder Judicial, instan la toma de decisiones de los jueces, en todas las etapas del proceso, tanto sea la de la reunión de la prueba por medios propios del Poder Judicial, como la de remisión a juicio y la de la sentencia.

5to. Este proceder es el único que cumple cabalmente con la garantía ineludible del juez imparcial, también en la determinante etapa de captación objetiva, neutral, de toda la prueba (favorezca o no a alguna de las partes) sobre la que se van a tomar decisiones sobre la vida, la libertad, los bienes y el honor de los ciudadanos imputados, víctimas, testigos, etc. El Juez encargado de la investigación, en todos sus actos y en la intencionalidad que los guíe debe, no puede sino, ser imparcial, por que no es parte. No sólo debe ser imparcial si no también parecerlo en todo momento, para no alentar la lacerante inseguridad jurídica que trae a las partes y a la ciudadanía la sospecha de la parcialidad de la justicia, de su falta de independencia de las presiones de ambas partes.

En cambio, el todo poderoso Fiscal, aliado y conductor de todas las fuerzas de seguridad, personifica, por definición, a la parte opuesta al imputado. Nadie puede pretender que por mera ficción legal se lo vea en otro rol y que el acusado lo acepte. La sociedad en general, a todo nivel, y obviamente la enorme mayoría de las víctimas, lo ven como el funcionario que debe combatir al delito y al delincuente, sin respiro.

La demanda la seguridad que falta, porque si el proceso penal generaliza la impunidad se transforma en un evidente estímulo para quienes estén dispuestos al delito. Si no logra o aparenta cumplir ese rol, arriesga el enjuiciamiento, su estabilidad, el vilipendio público, mediático, gubernamental o político, la persecución del superior verticalista, vicios propios de una sociedad que ni siquiera acepta a los jueces llamados “garantistas” por que se niegan a vulnerar los derechos humanos de los acusados y se siente traicionada por los fiscales que incurren en la misma “debilidad”. De allí que muchos fiscales opten por la estrategia de sobreactuar su diligencia o los resultados veloces en el esclarecimiento del delito y la culpabilidad, intentando preservar su estabilidad y volcar a su favor a la opinión pública y a los medios.

Frente a esa realidad jurídica y social poner a la parte fiscal en el lugar que requiere un magistrado imparcial, es menos costoso en recursos estatales, pero muy gravoso para una justicia democrática y verdadera. De nada vale que se intente paliar esa aberración respecto de garantías judiciales elementales, sosteniendo que los desmadres de la policía y los fiscales en la investigación pueden ser corregidos por la llamada indebidamente justicia de garantías, ya que no puede garantizar que los investigadores parciales no alteren o descarten prueba favorable al imputado o capten prueba de cargo inexistente.

Tan es así que en muchos casos, ese control judicial no ha detectado el armado de causas falsas enteras, que costaron años de prisión al imputado. Pongo el caso “Candela” de mi provincia como ejemplo. En el mejor de los casos, esa justicia controlante castiga la investigación viciosa mucho tiempo después de que ha causado daños irreparables contra la libertad, el honor, la vida y otros bienes de sus víctimas, como también la impunidad de gravísimos delitos.

Del mismo modo es absurdo imponer la ficción legal de que el fiscal investigador debe proceder con objetividad y veracidad, aún a favor del imputado, porque es someter al funcionario a una doble lealtad ilógica, inmoral y antijurídica respecto de los intereses contrapuestos de las partes y resistir la presión de las fuerzas de seguridad preparadas para valerse de procedimientos inaceptables e irrespetuosos de la verdad real.

6to. Asimismo, el que avala la Constitución Nacional es el único procedimiento que asegura en la medida de lo posible la garantía de la igualdad de las partes, en tanto que la reforma proyectada coloca a los imputados en extrema desigualdad frente al avasallante poder fiscal y policial, con todos los medios y las oportunidades de imponer su criterio y su voluntad en la reunión de las probanzas, incluso operando sobre la persona y hasta el hogar del imputado desde el mismo momento del descubrimiento del hecho supuestamente delictuoso. La desigualdad es obvia, notoria, ya en el sistema vigente: frente al poder del juez y de la policía, el imputado y la defensa carecen de todo medio material estatal que le permita la búsqueda de elementos probatorios que ofrecer al investigador, aún en los numerosos casos en que actúa la Defensa Pública. Mucho peor es ese desequilibrio cuando beneficia a la contraparte investida de la función reunir a discreción y con ventajas abrumadoras la evidencia de culpabilidad.

7mo. La única condición exigible al procedimiento fijado en la Constitución, radica en que el juez de la investigación y de disponer la eventual elevación a juicio queda separado del proceso desde este momento, condición que hoy cumple el proceso federal (enjuiciamiento por Tribunales Orales y eventuales Jurados).

8vo. El esquema del proyecto despoja al Poder Judicial de facultades constitucionales, le impide tomar conocimiento directo y por sus propios medios judiciales de los hechos reales, las pruebas y los pasos procesales, libre de toda manipulación posible para nada infrecuente de organismos ajenos a la justicia, como el Ministerio Público y las fuerzas de seguridad subordinadas al poder político y sin la garantía del principio de inmediación en la captación de la prueba.

El procedimiento proyectado hace que los jueces y el Poder Judicial deban asumir todas las responsabilidades jurídicas, políticas, sociales y mediáticas por condenar, absolver, sobreseer, dar la libertad o negarla, conducir la ejecución de las penas, etc., momentos en que la repulsa popular suele estallar, con razón o no, y los partidarios de la mano dura aprovechan para operar la indignación social. El resultado es mayor desprestigio y descreimiento para el Poder Judicial, mientras otros de los responsables principales de la injusticia quedan a salvo.

9no. Los partidarios de la reforma proyectada incurren en otra omisión que sorprende y es sugerente, porque es inexplicable que las supuestas e infinitas bondades de la iniciativa que ya debate el Congreso no sean acreditadas con los esperables y rotundos cambios beneficiosos que estarían gozando todas las provincias que adoptaron el llamado proceso acusatorio, desde fines del Siglo XX.

¿Existen esos resultados o todo sigue igual o empeoró, pese a la enorme cantidad de recursos gastados en esas reformas?

Por lo que se conoce, el prestigio de la justicia penal de las provincias y de la Capital, incluya o no en su estructura al Ministerio Público investigador, sigue volando muy bajo.

La impunidad de los delitos ha crecido notoriamente, incluso donde se impuso la reforma que cuestionamos.

Mientras preparaba estas líneas me llegó una excelente opinión de la compañera Cecilia Bagnato, de Esquel, que había preparado en marzo de 2013, donde describe con evaluaciones muy fundadas en la experiencia concreta y en datos muy reveladores cuáles son los resultados de la reforma en Chubut, al cabo de siete años de aplicación, una vez despojados de la propaganda, la retórica, los pronósticos y la teoría supuestamente garantista. La calidad del aporte de Cecilia al debate ahora reinstalado en los medios por el avance de la reforma del Banco Mundial en el fuero federal, lo hace merecedor de toda la difusión posible y de mi agradecimiento por la ayuda que me ha dado en el conocimiento de la verdad que tantos letrados, gobernantes y opositores ocultan.

Son muy impactantes los datos sobre la impunidad que se genera en casi el 90 % por ciento de las causas que no se investigaron, sólo por que se venció un plazo ridículamente corto, que viola el principio de legalidad por que importa una forma de extinción de la acción penal cuya regulación correspondería a la ley de fondo federal, y afecta elementales derechos de la víctima y de la sociedad.

En mi provincia siempre hubo alrededor de 50% de las denuncias que no se investigaban bajo la explicación de que no había el menor dato de hacia donde orientar la investigación sobre el posible autor: eran los famosos “N.N.”, que se archivaban a la espera de la eventual aparición de elementos que justificaran su reapertura.

Pero ahora es peor, por que el ministerio fiscal dispone del principio de oportunidad que le permite lisa y llanamente decidir que una denuncia no va a ser investigada por que el fiscal aduce tener otras causas más importantes que atender. Cada vez más procesos comunes van al archivo sin mediar investigación alguna, bajo la invocación abusiva del principio de oportunidad y de la figura del delito de bagatela, con grave perjuicio para las víctimas, especialmente de delitos menores en cuantía económica, que son los que hostigan diariamente a los millones de desprotegidos, que además de la inseguridad personal y familiar padecen la inseguridad económica, jurídica, laboral, alimentaria, de salud y de educación, de las que en parte es responsable la justicia.

Frente esa forma tan poco elegante de auto regulación del trabajo es imposible no hacer preguntas muy elementales a los eruditos partidarios de la reforma y a los gobernantes que las aprueban: ¿Y el derecho de justicia y reparación de las víctimas, tan ensalzado por los reformadores y usado como pretexto para introducir el modelo? ¿Para qué se estimula al pueblo a denunciar los delitos y se multiplican las fiscalías accesibles si se sabe que en más del 90% no se hará el menor esfuerzo por brindar justicia? ¿El acceso a la justicia se limita al acto de denunciar? ¿Los casi 20.000 chubutenses denunciantes frustrados no estarán pensando que los jueces y fiscales sirven para poco, que facilitan la impunidad de los delincuentes, que la mano dura policial o parapolicial y la justicia por mano propia son lo mejor?

Esa forma de desamparo de las víctimas se complementa con otra igualmente grave que –tal como lo demuestra la compañera Cecilia- deriva de la falta de apoyo estatal para que, al menos, tengan asistencia letrada gratuita en el proceso, a fin de promover y controlar la acción de fiscales y jueces, querellar y continuar el ejercicio de la acción si el Ministerio Público la abandona.

La opinión de la compañera Cecilia Bagnato respecto al evidente economisismo y la tendencia a proteger especialmente la seguridad jurídica de los más acomodados, a volver negociables valores humanos del mayor nivel, a bajar la calidad de la justicia para promover una forma peligrosa de la celeridad, y a instalar todas las formas posibles de la precarización laboral para los trabajadores judiciales, es totalmente compartible y más que suficiente para describir una realidad que no preocupa a las altas esferas de operadores del derecho, los medios, los gobernantes y los opositores que respaldan la reforma y que se entretienen con el tema de la expulsión de los extranjeros, hábilmente introducida en la agenda por funcionarios que apenas pueden disimular su vocación represiva.

Así es como, pese a las constantes denuncias e investigaciones periodísticas sobre diversas formas de venalidad, abusos de poder, persecución de minorías, nepotismo y clientelismo electoral, en todo el país, con procesos acusatorios o no, los juicios no son promovidos o nunca se resuelven.

Se abusa de todas las formas de acortar los procesos sin hacer justicia basada en la verdad real y el principio de legalidad, incluyendo presiones sobre imputados y víctimas de abusos sexuales o pobres para que acepten arreglos inmorales y perjudiciales.

Pese a todo ello los juicios y las sentencias no se han acelerado ostensiblemente en gran número de las provincias y para aparentar rapidez y eficiencia se propagandiza la irrelevante figura de la flagrancia.

En la Provincia de Buenos Aires, con su mayor inserción en las noticias sobre asuntos criminales y proceso acusatorio desde 1998, es posible decir que a todas esas aberraciones se suman vicios múltiples en la investigación penal que arrastraba el sistema anterior. Pongamos como ejemplo lo ocurrido en la Provincia de Buenos Aires en el caso “Candela”, aún impune, desmenuzado en profundidad en el informe producido por el Senado de la Provincia, para denunciar el escandaloso desempeño de policías, fiscales, jueces y autoridades provinciales inmiscuidas en la investigación, como un compendio de ocultamiento, destrucción y adulteración de prueba, buchones, informantes, arrepentidos, testigos falsos, defensores sospechados, filtración y venta de elementos probatorios, detenciones y allanamientos ilegales, torturas, aprietes y asesinatos de sospechados y testigos, etc.

Las cárceles bajo supuesto control judicial y del Ministerio Público, están llenas de presos sin sentencia y, en gran proporción, futuros inocentes con años de prisión inhumana, objeto de las verídicas, documentadas y repetidas denuncias de la Comisión Provincial por la Memoria, que engrosan la cuenta adversa de la reforma según el sistema acusatorio.

10mo. La reforma procesal que hoy se prepara no ha se ha instalado con buen auspicio porque la promovió para toda Latinoamérica el Banco Mundial y no hay razón alguna para pensar que fue con el objetivo de fortalecer al Poder Judicial, ya que su principal reforma es quitarle la facultad de conocer por si mismo, sin interferencias de otros poderes, la verdad real de los hechos sobre los que asentará sus fallos. Ese máximo operador financiero global, luego de ayudar a la imposición del modelo neoliberal en el orbe, pasó a ocuparse de adaptar nuestra institucionalidad democrática al formato jurídico imperial, por razones obvias. Creó el CIADI y fomenta la renuncia a la soberanía judicial de los países acusados de no garantizar la seguridad jurídica de inversores y trasnacionales.

De todo debilitamiento del Poder Judicial hay un beneficiario, el poder político y el entramado de sus relaciones con el poder económico.

Hasta hace poco, no toda la debilidad de nuestra justicia federal en lo penal era resultante del sistema de la designación de sus jueces en manos presidenciales, a discreción, o bajo la cobertura opaca del Consejo de la Magistratura.

La otra fuente de mediatización era la omnipresencia avasallante de la policía y las fuerzas de seguridad obedientes al Poder Ejecutivo en todo el proceso sumarial de investigación y con facultades judiciales hasta discrecionales asignadas legalmente, intromisión a toda luces inconstitucional que fue tolerada y hasta bienvenida por la generalidad de la judicatura y la cátedra, pese a su sangrienta historia.

11vo. El proyecto de reforma, sin poner fin a esta denigración sesquicentenaria de las facultades judiciales, pasa directamente al desplazamiento del Poder Judicial por un órgano constitucional con independencia, acotada por contar sólo con autonomía funcional y autarquía financiera. Si bien el artículo 120 de la Constitución Nacional no lo aclara, parece obligada la interpretación de que esa independencia acotada lo referencia al Poder Ejecutivo y quizás, también al Legislativo, que manejan los recursos asignados a los órganos del Estado. La indefinición de esa redacción se completa al cierre del primer párrafo del artículo 120 citado, cuando establece que la promoción de las acciones judiciales debe realizarse…”en coordinación con las demás autoridades de la República.”

Este deber de coordinar, que significa acordar no parece pertinente tratándose de causas penales, ya que su deber de instar la acción criminal no puede subordinarse al acuerdo de ninguna otra autoridad. La cláusula puede tener origen en una tentativa de subordinar al Ministerio Público a directivas del Poder Ejecutivo que se quiso incluir en el llamado Pacto de Olivos, en correspondencia con el modelo de los Estados Unidos, donde el Ministro de Justicia es a la vez Procurador General de los Estados Unidos.

Es oportuno señalar que el sistema de designación y de remoción de los fiscales, más la amplitud y discrecionalidad de muchas de las facultades administrativas y judiciales de la Procuración General, más la experiencia concreta sobre el funcionamiento inveterado del Ministerio Público no dan lugar a apreciar que esa independencia respecto de otros poderes y en lo interno sea la que corresponde. Más bien, se aprecia una deriva hacia estrechas relaciones con los poderes ejecutivos que se sucedieron en democracia, para nada beneficiosa de la investigación criminal insospechable.

12vo. Algunos partidarios de que la reforma procesal neoliberal se extienda al fuero federal, en un acto de sinceridad, abren el paraguas ante las inevitables fallas que sufrirá el proceso penal a implantar con tanta falta de apego a la realidad y a la necesidad que vive el pueblo. Aclaran que el éxito de la reforma dependerá en gran parte de la capacidad y el empeño de sus operadores, argumento relativizador que también podría usarse para mantener el modelo vigente, solución que no es la nuestra, como tampoco la que trata el Congreso.

El viejo y el nuevo modelo procesal necesitan un cambio profundo al perfil general de los magistrados y funcionarios que lo ejecutan con tan poco apego a la legalidad.

Sin quererlo, aquel acto de sinceridad corre el velo sobre el punto nodal de la pésima justicia que padecemos, que en parte menor es producto de defectos normativos, pero centralmente se genera en los enormes vicios que toman cuerpo en el proceso de selección de jueces y funcionarios que juegan roles principales en los procesos judiciales, en el despilfarro y, al mismo tiempo, el ahogo de recursos suficientes para la justicia y la intromisión constante en los procesos criminales del poder político y de su prolongación policial, que la reforma mantiene intacta, pese a todas las evidencias de que las fuerzas de seguridad seguirán influyendo decisivamente en la investigación de los delitos.

Sobre todas esas cuestiones fundamentales que la reforma del Banco Mundial en curso de extensión a todo el país elude, la Federación Judicial Argentina y sus gremios hermanos tienen muchas propuestas y trabajos que ofrecer y reivindicar.

Hasta ahora hemos obtenido, salvo excepciones, la respuesta de los que no quieren oír por que, en realidad no les interesa una justicia mejor, que ponga los límites donde tienen ir, que no sea condescendiente: el silencio, el ninguneo de lo bueno no ocurre en las cuatro manzanas de la metrópoli de espaldas al país y esperando que las soluciones vengan de afuera.

Hay que perfeccionar nuestros aportes, por que no está grabado en la roca de los Andes que el futuro será eternamente más de lo mismo.

La Plata, 03/11/2014.

Antonio M. Cortina.

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XXIX ENM: “Las trabajadoras judiciales ya tenemos nuestro taller”

En todos los talleres hubo coincidencia en reafirmar el carácter de autoconvocado, autónomo, independiente, horizontal, donde todas somos iguales, somos las protagonistas y nos une un fin común: la lucha por nuestros derechos de género.

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Las trabajadoras judiciales nucleadas en Federación Judicial Argentina (FJA), reclamamos desde 1987 la conformación de un taller que contemple la problemática de las mujer en el Poder Judicial donde trabajadoras y justiciables resultamos víctimas de violencia laboral e institucional por el proceder machista, patriarcal, misógino y discriminatorio que se traduce en la mínima proporción de mujeres que logra ocupar los mayores cargos y en el trato que reciben las justiciables y que difiere del sexo de quien las atiende o luego dicta las medidas consecuentes de abrigo o sentencias, lo que evidencia la falta de preparación con perspectiva de género, de agentes, funcionarios y jueces.

La enorme cantidad de casos de violencia laboral y de acoso sexual que reciben las trabajadoras judiciales por su doble condición, de clase y género, y se traduce en licencias por stress y siquiátricas y la inexistencia de un taller que nos contenga, hizo que nos autoconvocáramos en la plaza 9 de Julio donde mujeres judiciales de distintos puntos del país debatimos e intercambiamos experiencias y realidades y entre las conclusiones del mismo exigimos.

La declaración de emergencia en violencia laboral e institucional en el poder judicial; el respeto a los fueros sindicales; acceso democrático e igualitario para todos los cargos, sin distinción de sexo; evaluación por psicodiagnóstico para el acceso al cargo y monitoreo cada tres años de jueces y funcionarios con personal a cargo; elección democrática de los jueces, no estigmatización de trabajadoras judiciales y justiciables que resultan victimas de violencia laboral o doméstica; licencia a la trabajadora que resulta victima de violencia de género, en la seguridad que esto tiene solución sólo si contamos con negociación paritaria colectiva con perspectiva de género.

Es importante destacar que hubo talleres que tomaron nuestro reclamo aconsejando en sus conclusiones que se conforme el taller: ”Mujer y Justicia. Violencia laboral e institucional con perspectiva de género en el Poder Judicial” así como el reconocimiento del taller autoconvocado y la lectura de sus conclusiones en el acto de cierre.

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OPINIÓN:Luciano Arruga y la vigencia de la maldita policía

¿Podemos considerar lógico que la Justicia haya tardado años en caratular la causa como “desaparición forzada de persona”? Podríamos seguir con los interrogantes.

Cuanto más se analiza el accionar estatal más se concluye en forma terminante que se trata de un caso de “violencia institucional”. Violencia de quienes lo secuestraron, lo torturaron, lo asesinaron, de quienes ampararon a los responsables por acción u omisión. Violencia de la justicia reaccionaria que lo despreció.

Lamentablemente tampoco tuvo la repercusión mediática correspondiente. Y no es casual. Luciano era un chico pobre, de una barriada humilde del Gran Buenos Aires, culpable salvo que demuestre lo contrario.

En estos momentos no sólo se impone investigar hasta llegar a la verdad. En medio de tantas voces que se alzan alarmadas por hechos de inseguridad cotidiana la pregunta obvia es ¿a quiénes les encomendamos la protección de nuestra seguridad? ¿Acaso el asesinato de Luciano no es un gravísimo caso de inseguridad?

¿Es esta la policía que necesitamos, siempre presta para el “gatillo fácil”, la tortura de los pobres, la represión de quienes reclaman por sus derechos?

Estamos en una etapa pre electoral. Se sucede el desfile de candidatos sonrientes por la televisión prometiendo “mano dura” al delito, más recursos a la policía, más policías. Pero nada dicen de esta policía, la real, la que existe. ¿Harán declaraciones con caras compungidas ante esta revelación?

¿Qué tendrá para decir el Gobernador Scioli?

Luciano Arruga no es la única víctima. Muchos otros jóvenes pobres, abandonados a su suerte por un Gobierno que privilegia el pago de la ilegítima deuda externa generada mayoritariamente por la Dictadura, sufren la misma suerte que él.

A 30 años de la recuperación del sistema constitucional es inaceptable que no se haya avanzado en la democratización del Estado en particular la policía y la justicia. Casualmente, o no tanto, actores principalísimos de esta tragedia junto al Poder Ejecutivo.

No sólo exigimos justicia para Luciano con la condena para los autores intelectuales y materiales de su asesinato.

También exigimos las decisiones políticas que terminen con la estructura policial engendrada en la dictadura y por una justicia transparente al servicio del pueblo.

Hugo Blasco

Secretario General AJB y Secretario DD. HH. CTA Nacional

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OPINIÓN: ¿Es posible superar la dependencia tecnológica?

No es cierto que la gestión privada sea más eficiente que la gestión estatal. Claro que algunos dirán que no alcanza con la eficiencia de la empresa si ello no incluye procesos de participación de los trabajadores e incluso de la sociedad, pero eso es otro tema.

Otra cuestión nos lleva a la potencialidad de desarrollos productivos locales, ejecutados con recursos económicos suficientes y fuerza laboral, profesional y científica local, con capacidad de competir mundialmente. La mundialización exige tecnología específica y de punta, en general en manos del capital externo, lo que define la subordinación de cualquier emprendimiento económico.

Es un asunto de debate en nuestra región ante los límites que supone la dependencia tecnológica para proyectos alternativos, cuando la región es re-colonizada ante la demanda de estratégicos recursos naturales. Existe la posibilidad de romper el límite cultural de la dependencia tecnológica y frenar la fuga de cerebros.

Resulta imprescindible la discusión de ambas premisas, la cuestión de la gestión estatal y la relativa a los desarrollos tecnológicos autónomos. Es que en las últimas cuatro décadas y no solo en Argentina, sino en el ámbito mundial, se generalizó la concepción que afirmaba la ineficacia de la gestión estatal con relación a la privada. Al mismo tiempo existe un límite cultural para pensar la independencia tecnológica, con un sentido común que argumenta a favor de no innovar ni invertir en procesos productivos estratégicos, incluso pensando en tantas necesidades insatisfechas de la mayoría de la población.

La experiencia de INVAP es contraria a toda cultura de la improvisación y demuestra la importancia de la persistencia por un largo tiempo de un proyecto que supone articulación de recursos económicos y potencial humano aplicado a desarrollos científicos y tecnológicos que permiten inserción internacional especializada en un sector de punta.

Son consideraciones de orden político, ideológico y cultural que anidan el debate en toda la región para pensar la consolidación del cambio político y las bases materiales no dependientes para construir nuevas relaciones socio económicas.
La cuestión nuclear y la independencia tecnológica

Convengamos que INVAP involucra un complejo entramado de desarrollos tecnológicos y científicos, con un fuerte origen en el área nuclear. Es cierto que existe discusión en la sociedad, no solo en el país, sobre el uso de la energía nuclear, donde la Argentina era potencia destacada en la perspectiva de los años 70 y la emergencia de la crisis energética, especialmente explícita en EEUU condicionó el desarrollo posterior.

Es más, fue la orientación de subordinación al imperialismo estadounidense en los 90, lo que discontinuó y desmanteló procesos tecno-científicos asociados a la energía nuclear, un tema que vuelve a instalarse en la política del gobierno y que reabre el debate sobre las fuentes energéticas alternativas.

Traemos a discusión la cuestión, porque el desmantelamiento de la política nuclear no impidió desarrollos alternativos en el área satelital, las comunicaciones, sistemas de automatización para proyectos industriales o espaciales, todos con reconocimiento internacional, lo que ha permitido actuar en la provisión y mantenimiento de equipos en diferentes países del mundo, desplazando a otros proveedores de países capitalistas desarrollados.

Quiero insistir que puede discutirse la orientación hacia el uso de la energía nuclear, pero la experiencia de INVAP, ahora difundida por el lanzamiento exitoso del primer satélite geoestacionario latinoamericano de telecomunicaciones, con capacidad de brindar servicio a todo el territorio nacional (televisión digital e internet) e incluso a los países vecinos, hace evidente la posibilidad de discutir un modelo productivo no dependiente de las transnacionales capitalistas.

Existen proyectos de continuidad, lo que supone una cadena de proyectos a futuro, algunos en desarrollo para la exportación de equipos y procesos, de hardware y software. Vale la pena ingresar al sitio en internet de INVAP y leer que se definen como “una empresa dedicada al diseño y construcción de sistemas tecnológicos complejos, con una trayectoria de casi cuarenta años en el mercado nacional y treinta en la escena internacional.

Su misión es el desarrollo de tecnología de avanzada en diferentes campos de la industria, la ciencia y la investigación aplicada, creando “paquetes tecnológicos” de alto valor agregado tanto para satisfacer necesidades nacionales como para insertarse en mercados externos a través de la exportación.”[1]

Es una definición para extenderla, críticamente, a otras esferas del modelo productivo y de desarrollo vigente en la Argentina, que en el agro, la minería o la industria promueve la profundización de los lazos de dependencia capitalista, especialmente a partir del condicionante científico y tecnológico, por lo que nos interrogamos sobre la experiencia del ARSAT-1 y la necesidad del debate político e ideológico por la independencia.

Julio Gambina

Director Académico del Centro de Estudios de la Federación Judicial Argentina(CEFJA) y Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas (FISyP)

[1] http://www.invap.com.ar/es/

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Entrevista con el compañero Telmo Fernández del SiTraJ Corrientes

Por otro lado, en la charla se abordaron temas importantes como la realidad del Poder Judicial provincial, la situación actual del gremio que conduce con sus objetivos en el corto y largo plazo, la necesidad de programas de formación de dirigentes y de las campañas de afiliación como así también la necesidad de un Convenio Colectivo Nacional a través de la articulación con la Federación Judicial Argentina y el resto de los gremios adheridos a ella.

¿Cómo está compuesto el Poder Judicial en la provincia de Corrientes?

El poder judicial de Corrientes está compuesto por un cuerpo de cinco ministros (un presidente y cuatro ministros) y a su vez integra parte del mismo, el Fiscal General, que no tiene voz ni voto. En la actualidad hay aproximadamente 2000 empleados en 13 juzgados civiles, 6 juzgados penales, 4 juzgados laborales, 3 juzgados de paz barriales, 2 juzgados de menores, 3 defensorías generales y 5 asesorías de menores e incapaces.

¿Cómo fueron sus inicios en la carrera judicial?

Yo tengo 25 años como empleado judicial. Con anterioridad, estuve trabajando 10 años en el Ministerio de gobierno de la provincia. En el momento en el que yo ingreso al Poder Judicial, tomo contacto con mis compañeros de la Comisión Directiva. Estamos hablando a partir del año 1989. Yo ya conocía al Secretario General, desde hacía muchos años, el compañero Juan Carlos González, amigo mío de la época del secundario; y al adjunto Hernán Rodríguez, compañero del secundario de mi hermano menor.

¿Cómo fueron sus inicios en la actividad gremial y qué fue lo que lo motivó a asumir la responsabilidad como Secretario General?

Desde un principio acompañé esta gestión, en razón del compromiso moral y ético que asumí en forma personal, porque nunca he visto nada por fuera de lugar en la gestión de mis compañeros, una conducta intachable. Nunca había sido parte de la Comisión Directiva. Siempre me sentí muy cómodo acompañando desde afuera, sin tener la aspiración a ningún cargo. Sin embargo, en la última gestión, Juan Carlos González me ofrece participar en la lista de Comisión Directiva, en razón de que él ya no podía serlo, en su carácter de jubilado. Así me ofrecen la candidatura como Secretario General en el año 2013, y yo acepto. La responsabilidad yo ya la venia asumiendo desde hace un tiempo, es decir que fue algo así como una continuidad, nada más que esta vez desde la gestión. Esto ha sido un compromiso muy grande, no sólo por el nivel de responsabilidad asumido, sino por el espíritu y la coherencia puesta de manifiesto por mis compañeros.

¿Cuáles son los objetivos principales del gremio y cuáles son para este año en particular?

Los objetivos tal cual lo establece nuestro estatuto no es meramente la lucha por el salario. Implica mucho más, puesto que está inserto en un contexto social, y abarca todo lo que sea el aspecto del medio ambiente y denuncia de todo tipo de corrupción, es decir, está enmarcado en lo que más o menos comentaba hoy el doctor Gambina y el compañero Ordóñez, prácticamente esa es nuestra meta.

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Charlamos con el compañero Claudio Salazar del SEJuN Neuquén

También nos contó de los objetivos en el corto plazo para el SEJUN como así también de la visión estratégica que se tiene del gremio en el largo plazo.

Entre otros temas, surgió la cuestión de las acciones sindicales encaradas en defensa de los derechos de los trabajadores y trabajadoras del Poder Judicial neuquino y de qué forma se proponen seguir ampliando la cantidad de afiliados.

Por último el compañero neuquino hizo un breve repaso histórico sobre el papel de la FJA en los últimos 20 años, en el marco de una valoración del papel de la Federación Judicial Argentina en su articulación con los distintos gremios del país.

¿Cuándo ingresaste al Poder Judicial?

Ingresé al Poder Judicial de Zapala, en la Cámara del Tribunal de Zapala el 18 de septiembre de 1989, rindiendo para un concurso de ingreso en el cual salí primero. Así es que me llamaron, rendí en julio y ya en septiembre había empezado a trabajar. En esos momentos tenía 20 años. Yo ya venía trabajando desde los catorce años. Era empleado del correo y venía ya con una trayectoria de laburo importante.

¿Cómo te fuiste acercando a la actividad gremial?

En esa primera época, en Zapala, tenía un compañero que era el jefe de despacho, que un poco organizaba todo el trabajo, pero además también, como se daba en otras oficinas judiciales de la provincia, tenía un compromiso con la actividad gremial. El jefe de despacho o los compañeros que estaban en las altas categorías, te afiliaban y te hablaban de la importancia de estar afiliados al sindicato. Así es que bueno, a raíz de una conversación que tuve con este compañero yo me afilié al sindicato. Obviamente, al haber entrado de chico al Correo, ya estaba afiliado en ese momento al sindicato del Correo (Foecyt). Así es que siempre tuve una pertenencia y una ligazón a los trabajadores, entendiendo que el sindicato sirve para defender nuestros derechos.

Tiempo después me trasladé a la ciudad de Neuquén, donde fui a trabajar un tiempo a la Dirección General de Administración. El trabajo allí no me gustaba mucho y pedí rápidamente un traslado a un Juzgado de Instrucción que recientemente se había inaugurado, corría el año 92. El juzgado era el de Instrucción número 5, y ahí empecé a trabajar e hice toda mi carrera administrativa hasta la categoría que actualmente tengo. Me faltan dos o tres categorías para terminar la carrera dentro del fuero penal. Es decir, rindiendo y concursando dentro del fuero Penal. Y mi acercamiento al sindicato fue inmediato.

Cuando llego a Neuquén en octubre del 91´, se estaba dando desde el gremio, una fuerte pelea en ese momento. Hacía poco que nos habían desenganchado en el orden nacional, por orden de Menem y Cavallo. Entonces, se estaba dando una fuerte disputa por lograr, aunque sea, un enganche a la Corte Provincial, algo que finalmente se logró. Así es que rápidamente me sumé a la lucha y desde entonces empecé a militar en el sindicato, ocupando diversos cargos, primero como Revisor de Cuentas, luego como Secretario de Cultura suplente con el compañero Jorge Izquierdo.

En la primera gestión del compañero Cherbavaz, fui Secretario de Prensa titular, cargo que ocupé durante dos mandatos. Tuve también la posibilidad de ser Secretario de Prensa de la CTA provincial de Neuquén. Actualmente, desde comienzos de este año 2014, ocupo el cargo de Secretario General.

En definitiva, puedo decir que siempre apelé a la militancia por sobre cualquier cargo, entendiendo a la militancia sindical como la militancia desde la base. Obviamente que los cargos de responsabilidad tienen que existir en una organización, pero yo siempre fui un militante del sindicato y bueno, se dio esta circunstancia de que con un grupo de compañeros decidimos ir a disputar el sindicato y logramos ganarlo.

¿Cómo caracterizarías al Poder Judicial de Neuquén?

En el Poder Judicial hay aproximadamente 1100 empleados y alrededor de 550 funcionarios y magistrados. El Poder Judicial neuquino, especialmente el Tribunal Superior de Justicia, como ocurre con la mayoría de las cortes provinciales del país, tiene una fuerte injerencia en el poder político. Han transitado diversos vocales y funcionarios, pero siempre, con la venia de los distintos gobiernos provinciales, que fueron ocupando esos cargos de máxima jerarquía.

Nosotros, en su momento, desde el sindicato dimos una fuerte pelea por la democratización del Poder Judicial, sobre la base de que, además de los funcionarios inferiores, la elección de los cargos de los vocales también tendría que tener alguna suerte de participación ciudadana. Una participación que expresara acerca de los deseos de tener funcionarios no sólo con los correspondientes conocimientos técnicos sino con un fuerte compromiso y respecto a la Constitución y las Leyes.

Sin embargo, lo único que se abrió, fue una instancia de impugnación que es lo que se sacó con el decreto de autorregulación del gobierno de Kirchner en el 2003. En definitiva, todavía no se ha abierto una “consulta ciudadana” sobre que Poder Judicial queremos los neuquinos.

¿Qué estrategias se proponen para seguir ampliando la cantidad de afiliados?

La cantidad de afiliados del sindicato es hoy alrededor de 1000. En los 6 meses que nosotros estamos al mando de nuestro sindicato, muchos compañeros y compañeras que se habían desafiliado se han vuelto a afiliar. Tenemos alrededor del 90% de afiliación de todo el padrón y la idea nuestra es tener el 100% de afiliación y para eso vamos a trabajar.

La mejor campaña que nosotros podemos hacer como conducción, es que el compañero vea que el sindicato sirve para algo. Vemos que grandes fracciones de compañeros y compañeras tienen una idea equivocada, un prejuicio a cerca del sindicato y respecto de los dirigentes sindicales, porque los grandes medios de comunicación, digamos el poder que se genera a través de los medios masivos de comunicación, instalan al sindicalismo burócrata empresarial que ha hecho la entrega de un montón de derechos. Lamentablemente, a esos personajes son los que el poder mediático instala como figuras relevantes.

Entonces, nuestra tarea es demostrarles a nuestros compañeros y compañeras que hay otras formas de conducción de un sindicato. Nosotros, consideramos a la organización sindical, como una organización eminentemente democrática, mucho más que cualquier partido político, porque en todas las resoluciones permanentemente nosotros nos ponemos a consideración de todas las asambleas. Es decir, que en cada asamblea la conducción va revalidando la tarea que va desempeñando y en las campañas, hacemos hincapié en lo que hacemos, y demostramos que el sindicato sirve para que el compañero vea reflejado que su aporte tiene un sentido.

Ligado a eso, viene la importancia de que el compañero vea a la organización sindical como una herramienta que verdaderamente defiende sus derechos. Entonces, creo que esos son los pilares sobre los cuales nosotros centramos nuestra campaña, demostrando al compañero que la organización sindical lo va a defender, que va a defender los derechos que actualmente tiene, pero que además va a tratar de conquistar otros derechos que nos faltan.

¿Existen otros objetivos para el gremio en el corto plazo? ¿Cuáles son los objetivos que se plantean a largo plazo?

Como líneas generales, nosotros vamos a seguir dando una fuerte pelea para que la ciudadanía tenga alguna injerencia a través de los distintos estamentos políticos para que pueda incidir verdaderamente sobre la elección y selección de los jueces. Actualmente tenemos un Consejo de la Magistratura en el cual está vedada la participación ciudadana. Es decir, el poder político, a través de los gobiernos de turno, va seleccionando los distintos funcionarios, más allá de que exista el Consejo de la Magistratura, que es un consejo que tiene representación política institucional pero no tiene ningún estamento que realmente contenga la opinión de los ciudadanos y ciudadanas. En definitiva, vamos a seguir peleando para la democratización del Poder Judicial.

En cuanto a estrategia del SEJUN a corto plazo, nosotros estamos trabajando sobre un Convenio Colectivo de Trabajo. Desde el año 2009, tenemos una Ley provincial de Convenio Colectivo de Trabajo que regula las relaciones laborales, obliga al Tribunal a sentarse a negociar con el Sindicato, pero desde entonces no tenemos un Convenio General de acuerdo a esa ley. Estamos trabajando ahora fuertemente sobre ese tema. Hemos reiniciado la negociación del Convenio Colectivo de Trabajo entendiendo de la importancia que reviste contar con un Convenio que regule la relación laboral, para poder quitarle a la patronal, la discrecionalidad, la unilateralidad de las decisiones, ya que todos aquellos derechos que a nosotros nos afectan, están librados a los acuerdos administrativos que saca nuestra patronal.

Entonces, decidimos sentarnos a trabajar y plantear que de aquí en más, cualquier regulación que tenga que ver con nuestras condiciones de trabajo, se tiene que discutir en esos ámbitos. Obviamente, la posibilidad de una victoria siempre depende de la correlación de fuerzas que nosotros construyamos para llegar a acordar un buen Convenio Colectivo de Trabajo, un convenio que sea superador al piso de derechos que actualmente tenemos.

Es decir, creemos que cualquier pelea tiene que darse en ese sentido, y esa pelea tiene que ver con las correlación de fuerzas, con la fortaleza que nosotros instalamos desde nuestros sindicatos para incidir en las normas que van a ir posteriormente en nuestro Convenio Colectivo de Trabajo. Si tenemos un sindicato débil, la norma que se plasme va a ser a la baja de derechos. Si tenemos un sindicato fuerte, la norma que se plasme en ese convenio va a ser una norma que a nosotros nos convenga como trabajadores y trabajadoras

¿Qué valoración haces de la instancia de la Federación Judicial Argentina y la articulación con los distintos gremios del país?

Bueno, habiendo militado en el sindicato desde mi inicio en el Poder Judicial, siempre vi con admiración la característica de nuestra Federación Judicial Argentina, esta idea de construir en la diversidad.

En la Federación vemos que siempre, desde hace muchos años, se viene construyendo en esa diversidad. Que no solamente son slogans, sino que hay coherencia con lo que se dice. O sea, que en la realidad y en la práctica existe. Y la Federación ha sido señera en ese camino de la defensa de los derechos. Fue fundadora de la CTA cuando teníamos la CGT totalmente cooptada por el menemismo, y siempre tuvo esa visión política de construir una Central con identidad de clase.

La FJA siempre tuvo una activa participación en la denuncia, y en la idea de llevar adelante los juicios contra los genocidas que tanto daño ha hecho al país siendo a la vez el “paragua” de los sindicatos de base y eso lo hemos visto cuando la Federación ha ido a cada provincia a defender a los compañeros y compañeras que están sufriendo diversas violaciones a la libertad sindical, cuando se ha encarnado en esos procesos de lucha ayudando a lograr los mejores resultados para los trabajadores y trabajadoras.

Es decir, tener una FJA con esa identidad de clase, que en la práctica se pone siempre de manifiesto a través de una política en defensa permanente a los sindicatos de base, y a los afiliados judiciales de todo el país, es una necesidad. Nos parece que nuestra Federación tiene que seguir existiendo sobre esa necesidad permanente que nosotros tenemos como trabajadores y trabajadoras de la Justicia.

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Celebramos la recuperación de Guido Montoya Carlotto, nieto recuperado número 114

Hoy es un día de alegría para todo el pueblo argentino ya que tras 37 años Estela de Carlotto recupera su nieto que había sido arrebatado por la dictadura. Es además dóblemente significativo para todos los que acompañamos la lucha de Abuelas por el gran respeto y afecto que nos inspira su lucha y la figura de Estela de Carlotto por su conmovedora voluntad de no rendirse en la búsqueda de los hijos de nuestros compañeros secuestrados por la dictadura.

Esta victoria, tras tantos años de búsqueda, aun contra la opinión de algunos que dicen que hay que “dar vuelta la página”, nos confirma una vez más que sólo la lucha por Memoria, Verdad y Justicia, para que se investigue, juzgue y condene a todos los responsables de la dictadura cívico-militar que instauró el terrorismo de Estado en la Argentina, genere condiciones para que sea posible una verdadera democracia. Su ejemplo nos moviliza a no claudicar en esta lucha ya que sólo la Justicia reparará el daño que causó el Terror a nuestro pueblo.

La CTA celebra con las Abuelas de Plaza de Mayo y abraza a Estela de Carlotto en este día de alegría popular. Su amor y su lucha nos llenan de ternura y nos inspiran para seguir detrás de los sueños de tantos compañeros y compañeras que lucharon por un país con Justicia.

Pablo Michel, Sec. General CTA Nacional

José Rigane, Sec. Adjunto CTA Nacional

Ricardo Peidro, Sec. Adjunto CTA Nacional

Hugo Blasco, Sec. DDHH CTA Nacional

Carolina Ocar, Sec. Prensa CTA Nacional

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OPINIÓN: Los salarios y el empleo en la discusión por la apropiación de la renta nacional

Se anunció el Plan Proemplear para intentar intervenir en la ocupación del empleo de jóvenes trabajadores. Es una iniciativa asociada a otras recientes como el plan Pro.Crear para retener a los jóvenes en la escolaridad.

También se acudió a relanzar el Repro, Programa de Recuperación Productiva, para contribuir a las empresas en dificultades con el sostenimiento de parte de los salarios. Es un programa que se difundió en la última recesión del 2009 y que ahora se reflota, dando cuenta de un problema económico y social.

Otros anuncios apuntaron a sostener la actividad económica ante la evidente desaceleración y baja de la producción.

La política pública, vía planes sociales, financiamiento o inversión trata de limitar las restricciones que impone la desaceleración de la economía local en un cuadro de crisis global.

Recesión y argumentos cruzados

Desde la CEPAL2 se corrige el crecimiento de la Argentina para el 2014, desde un 1% proyectado en abril al 0,2%.

Se trata una referencia coherente con los pronósticos a la baja de toda la región, del 2,7% al 2,2% y de la economía mundial, que también reflejan los organismos internacionales.

Es una consecuencia directa de la continuidad de la crisis mundial del capitalismo.

Los datos de la CEPAL son coincidentes con el cuadro de desaceleración económica y recesión productiva que motiva estas políticas públicas para intentar disminuir el ritmo de la caída de la tasa de actividad y del empleo.

En rigor, es lo que ya conocen los trabajadores y muy especialmente en la industria del automotor y otros sectores industriales, los que sufren suspensiones y cesantías, y que ante las manifestaciones de protesta reciben una combinación de represiones físicas y socio laborales en la complicidad de la burocracia sindical tradicional con las patronales transnacionales.

Entre los argumentos que se esgrimen para la represión desde la Secretaría de Seguridad de la Nación, se privilegia en la contradicción de derechos, el referido a la circulación sobre el derecho al trabajo y las mejores condiciones de empleo y de vida.

Mientras, las burocracias reasumen un discurso macartista, patético en el mensaje discriminatorio del titular del SMATA contra las comisiones internas y los delegados de base y la solidaridad del sindicalismo clasista y la izquierda.

Las patronales, caso de la UIA, ejercen el chantaje del potencial aumento de las cesantías exigiendo al gobierno devaluaciones, las que afectan regresivamente el poder de compra del salario, y condiciones de política económica para sustentar inversiones y ganancias.

Resulta un cuadro de situación complejo para la defensa del empleo y el ingreso de los trabajadores. Existen anticipos de movilizaciones e incluso de paro nacional, con diferenciadas convicciones entre las centrales obreras.

Las centrales más cercanas al oficialismo resignaron sus convocatorias a protestas en demanda al aumento del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias privilegiando la cuestión del empleo y la agenda gubernamental en la disputa por la deuda.

La realidad es preocupante y los propios datos publicitados oficialmente a fines del primer trimestre del 2014 señalan la existencia de 1.178.000 desocupados (7,1%) y 1.352.000 sub-ocupados (8,1%), entre los cuales son demandantes de empleo 927.000, y ya perdieron esperanza y por ende son no demandantes de empleo 425.000 personas.

Más del 15% de los trabajadores se encuentran entre desocupados y sub-ocupados.

A ello debemos adicionar que un tercio de los trabajadores se encuentran en situación irregular.

El Ministro de Trabajo adelantó una reducción del 0,3% en el empleo regular para el segundo trimestre del 2014, dando cuenta de uno de los fenómenos estructurales que dejó la ofensiva del capital sobre el trabajo en las últimas décadas.

Renta nacional en la discusión

La bonanza en la generación del empleo desde la crisis del 2001 parece haberse agotado hacia el 2008.

El fuerte retroceso del 2009 no permitió importantes recuperaciones del empleo pese al crecimiento económico del 2010 y 2011, y el bajo crecimiento posterior del PIB y la recesión en curso aleja posibilidades en el corto plazo, lo que anticipa conflictos sociales explícitos y disputas por la apropiación de la renta nacional.

Esa renta está disputada por las empresas que exigen políticas a favor del capital y su rentabilidad, sean los industriales, el sector agrario e incluso los bancos tenedores de bonos de la deuda.

Todos coinciden en apropiar renta vía devaluación cambiaria e incluso buscan formas de intervenir para que no se profundice el conflicto y la situación por la deuda impaga que reclaman bonistas diversos. Por eso las “acciones patrióticas” de los bancos privados de capital nacional y de varios extranjeros con fuertes tenencias de bonos argentinos en sus activos.

Queda claro que los trabajadores intentan frenar el impacto regresivo en su capacidad de compra y defienden el ingreso sin el total apoyo de las organizaciones sindicales, atrapadas en la lógica de la fidelidad a sus intereses asociados a las patronales y/o a los gobiernos. Esa es la razón de un prestigio que crece en el sindicalismo clasista que sustenta un programa anticapitalista y antiimperialista, entre ellos la CTA liderada por Pablo Micheli y un conjunto de cuerpos de delegados. Ambos fenómenos intentan articulaciones diversas en la representación sindical de los trabajadores, especialmente en el sector privado de la economía.

El gobierno también disputa la renta nacional, condicionado por los problemas fiscales y externos. En este plano verifica una tendencia a la merma del superávit, por reducción del saldo comercial y demora o postergación sine die de inversiones externas remisas o préstamos esquivos. Esto es producto de las crecientes dificultades por la situación en EEUU ante la Justicia, los acreedores buitres y el propio gobierno en Washington.

EEUU rechaza la demanda de la Argentina en La Haya y existen múltiples operativos locales y mundiales, especialmente de bancos tenedores de títulos argentinos, para resolver el entuerto de una deuda que requiere ser investigada previa suspensión de pagos. Ante las restricciones económicas suscitadas por la situación de conflicto relativo a la deuda, crece la demanda por una solución autónoma, de desconocimiento de la misma y la búsqueda de solidaridades regionales efectivas que desemboquen en una nueva arquitectura financiera.

Claro que la nueva arquitectura financiera no debiera repetir y reproducir las condiciones estructurales de subordinación a la dominación de las transnacionales, los principales Estados del capitalismo mundial y los organismos rectores del sistema financiero y económico global. Unas condiciones alternativas en ese sentido son parte del desafío para la Argentina y la región en las condiciones actuales de crisis capitalista. El punto inicial de una estrategia en ese sentido se juega en la disputa por la renta nacional que despliegan los trabajadores como expresión de freno a la ofensiva del capital sobre el trabajo.

Buenos Aires, 9 de agosto de 2014

*Julio Gambina

Director Académico del Centro de Estudios de la Federación Judicial Argentina (CEFJA) y Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas (FISyP)*

[1] “Hay que seguir apostando al país”, afirmó la Presidenta al anunciar medidas para incentivar la actividad económica. Casa Rosada. Presidencia de la Nación Argentina, Jueves, 07 de Agosto de 2014. En: http://www.presidencia.gob.ar/informacion/actividad-oficial/27791-hay-que-seguir-apostando-al-pais-afirmo-la-presidenta-al-anunciar-medidas-para-incentivar-la-actividad-economica (consultada el 9/8/2014).

[2] CEPAL, en http://www.cepal.org/cgi-bin/getProd.asp?xml=/prensa/noticias/comunicados/5/53405/P53405.xml&xsl=/prensa/tpl/p6f.xsl&base=/argentina/tpl/top-bottom.xsl (consultado el 9/8/2014).